Soy de la opinión que antes de emprender un viaje, una lucha, una batalla, una cruzada, etc... es prudente detenerse un momento y considerar qué es lo que se está apunto de hacer. Una reflexión como esta es de mutuo beneficio para mí como para ustedes los lectores; servirá de punto de referencia para todo lo que hagamos desde este momento en adelante en este Blog y, con suerte, tendremos un poco más de claridad con respecto a lo que nos enfrentamos.
Yo creo fervientemente que la Crítica es la clave para el desarrollo de las personas y la cultura, pero no estoy bajo ninguna ilusión que todo el mundo comparte mi manera de pensar.
La palabra Crítica, y todas sus derivaciones, está inundada con connotaciones negativas. Cuando oyes que alguien "criticó" algo, las primeras ideas que vienen a la mente son que el "crítico" es una persona amargada, que solo ve lo negativo, que solo sabe quejarse, y/o que se toma las cosas muy en serio. Esta es la percepción que tiene la gran mayoría de las personas sobre la Crítica. No está mal tener esta percepción; está mal olvidar que esto es una percepción.
Las percepciones son enteramente subjetivas.
Percepción se deriva del verbo percibir, el cual se refiere a la manera que comprendemos o conocemos algo. El ser humano percibe su entorno, pero lo que percibe no siempre coincide con la realidad. Regresando a nuestra discusión original, esto significa que la percepción típica del crítico no coincide con lo que realmente significa ser un crítico (Técnicamente significa que la percepción típica del crítico no coincide NECESARIAMENTE con lo que realmente significa ser un crítico, pero este no es el momento de dar un clase de Lógica para explicar por qué mi conclusión sigue siendo correcta). Qué significa ser un crítico entonces?
Criticar significa analizar.
El crítico es la persona que analiza minuciosamente el objeto de su crítica con los siguientes objetivos:
1. Comprender cómo funciona, o por qué el objeto de su crítica es como es
2. Juzgar la efectividad del objeto de su crítica
3. Deliberar sobre el valor, positivo o negativo, del objeto de su crítica
Quiero pensar que nadie tiene un problema con esos tres objetivos. Por qué hay una percepción tan negativa de la Critica entonces? Tan negativa, de hecho, que cuando nos vemos forzados a usarla en el ámbito profesional coloreamos la palabra y la llamamos "crítica constructiva" para ameliorar las connotaciones negativas. Tengo una teoría, y nuevamente involucra las problemáticas percepciones.
Percibimos la Crítica de forma negativa porque es capaz de deshacer algo que llenamos de nuestras emociones y nuestro orgullo: nuestras ideas.
Cada vez que decimos lo que pensamos estamos poniendo nuestro orgullo en juego. Que tanto o que tan poquito se pone en juego depende de muchos factores, pero el hecho es que eso significa que si alguien llega y nos contradice, o peor, demuestra que lo que pensamos está equivocado, en efecto han tomado un pedazo de nuestro orgullo y lo han desintegrado. El internet exponencia este problema. Cuando decimos lo que pensamos en Facebook (o Twitter, o Instagram, etc...) lo hacemos frente a una audiencia cuyas dimensiones desconocemos, pero que invariablemente percibimos como masiva.
No es cualquiera el que sabe lidiar con la humillación pública, o más específicamente, con la percepción de haber sido humillado públicamente.
Hace un momento establecí que cada vez que decimos lo que pensamos ponemos nuestro orgullo en juego. Sin embargo, eso no significa que nuestra audiencia lo perciba. De manera menos elocuente, muchas veces a nuestros conocidos no les importa o les interesa si nos equivocamos públicamente o no. Pero la percepción que tienen muchos no es esa. Es por esta percepción de haber sido ridiculizado públicamente que muchos se ponen defensivos y violentos verbalmente: en su cabeza su estatus social está en juego.
Esto no me sorprende ni debería sorprender a nadie. En la escuela se ocupan tanto poniéndonos a memorizar y regurgitar la información básica que todos debemos saber que se les olvida que es importante saber exponer ideas, saber defenderlas y, lo más importante de todo, saber cambiarlas. Exponer a la gente a la crítica y la discusión desde pequeños es la única forma de ameliorar la inversión emocional que le ponen a la exposicion de sus ideas.
Desgraciadamente esto no ocurrió en mi generación; quizás la generación que más necesita internalizar esto porque somos la generación de las redes sociales en las cuales todo lo que pensamos está expuesto a crítica de alguien más.
Nos guste o no, la Crítica es necesaria.
El siglo XXI es el comienzo de la era de la información. Todos estamos expuestos constantemente a hechos y opiniones; es necesario poder analizar esta información. Es solo analizando, solo criticando, toda la información a la que estamos expuestos cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo de nuestro mundo contemporáneo que lograremos crecer como personas y desarrollarnos como una cultura.
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